Los servicios de Inteligencia de Israel conocían «con alto grado de precisión» —y con casi tres semanas de antelación al 7 de octubre de 2023— que Hamás y otras facciones palestinas preparaban un ataque terrorista en Israel, y así se lo hicieron saber al gobierno de Benjamín Netanyahu, que no hizo nada para evitarlo y ocasionó el asesinato de más de 1,200 israelíes y el secuestro de 250 personas, más de la mitad fallecida tras su cautivero en la Franja de Gaza.
Según informó este martes la emisora pública israelí Kann, el documento confidencial fue redactado por la División de Gaza del Ejército de Israel, con tal precisión que alertó de los planes para el secuestro de «entre 200 y 250 personas» (finalmente fueron secuestradas 251 personas).
Detectaron preparativos de Hamás
El informe, distribuido el 19 de septiembre de 2023 (18 días antes de los ataques), se basa en los entrenamientos llevados a cabo por unidades de élite de Hamás que incluían prácticas sobre ataques contra posiciones militares y kibutz en territorio israelí, el secuestro de soldados y civiles e incluso instrucciones sobre las condiciones en las que deberían ser retenidos una vez que fueran trasladados por los asaltantes de vuelta a la Franja de Gaza.
El documento recoge que el brazo armado de Hamás, las Brigadas Ezzeldín al Qassam, llevaron a cabo estas maniobras simulando incluso ataques contra un puesto militar construido en el interior del enclave que simulaba los existentes en territorio israelí, incluidas actividades asignadas a cuatro compañías de la formación.
De esta forma, los agentes de Inteligencia israelí que analizaron las maniobras indicaron que los siguientes pasos serían asaltar territorio israelí para hacerse con el control de estos puestos y secuestrar a «entre 200 y 250 personas».
Los encargados de recopilar la información de Inteligencia destacaron que los milicianos recibieron órdenes para atacar las sedes de los cuarteles militares y policiales, incluso sinagogas, haciéndose con los documentos que estuvieran en las instalaciones para su entrega a la cúpula del brazo armado de Hamás.
El documento señala además que el escenario más extremo que se contemplaba era que decenas de miles de milicianos irrumpieran a través de la valla de seguridad a través de tres puntos. Finalmente, unos tres mil terroristas palestinos lograron penetrar en Israel a través de 30 zonas, incluido el uso de paracaidistas.
Investigación paralizada por el Supremo
La noticia de esta grave falla de las autoridades israelíes se conoce dos días después de que el Tribunal Supremo de Israel ordenase suspender temporalmente la investigación sobre el Ejército y el Shin Bet, la agencia de inteligencia interna, que permitieron la incursión de Hamás, al considerar que era “contraproducente” hacerlo mientras está en curso la guerra.
Se conoce también cuando miles de israelíes se manifiestan en Jerusalén para exigir la renuncia de Netanyahu y que afronte sus problemas judiciales, además de los que se acumulen por la grave negligencia que derivó en la peor matanza de judíos desde el Holocausto.
Por su parte, el Gobierno de Israel, que ha prometido en varias ocasiones que habrá una investigación sobre las fallas de seguridad que permitieron los ataques, no se ha pronunciado por ahora sobre estas informaciones.
Netanyahu ha impedido que se investigue en profundidad lo ocurrido y ha recalcado en varias ocasiones que las pesquisas deberían tener lugar tras el fin del conflicto.
Por su parte, el Ejército ha declinado pronunciarse sobre estas informaciones, si bien ha dicho que está investigando los ataques, tras anunciar la semana pasada que empezará a presentar en julio parte de las conclusiones de sus pesquisas en torno a las fallas de seguridad, una investigación que aborda el periodo entre marzo de 2018, cuando estallaron disturbios en la valla fronteriza, y el 10 de octubre de 2023, cuando se anunció la recuperación del control en la frontera.
El Ejército de Israel lanzó una ofensiva contra la Franja de Gaza tras los citados ataques del 7 de octubre. Las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, han denunciado hasta ahora más de 37,300 muertos y cerca de 85,500 heridos, a los que se suman más de 520 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes o en ataques por parte de colonos, previamente armados por el gobierno ultranacionalista judío.