Edson Arantes do Nascimento, Pelé, será recordado como la primera superestrella mundial del fútbol y como símbolo de un deporte que jugó con pasión, gusto y una sonrisa. De hecho, contribuyó a forjar una imagen del juego que aún hoy mucha gente sigue anhelando.
Pelé no era solo un gran jugador y un maravilloso embajador del deporte favorito del mundo; era un icono cultural. De hecho, sigue siendo el rostro de una pureza en el fútbol que existía mucho antes de que el gran dinero y la geopolítica global se infiltraran en el juego.
Es testimonio de su leyenda que todo el mundo, desde el ganador de la Copa Mundial de 1966, el inglés Sir Bobby Charlton y la actual superestrella Kylian Mbappé hasta Luiz Inácio Lula da Silva –flamante nuevo presidente de Brasil– y el expresidente de Estados Unidos Barack Obama le han rendido tributo.
Los inicios en el Santos
Pelé nació como Edson Arantes do Nascimento en el estado brasileño de São Paulo en 1940. Sus primeros años fueron como los de muchos futbolistas que le precedieron e innumerables que le siguieron y se inspiraron en él: nacido en la pobreza, introducido en el juego por un familiar, obsesionado más tarde por un deporte que le enseñó la vida y le dio oportunidades.
Primero fue el fútbol juvenil, en 1953, cuando fichó por el Bauru, su club local. Pero fue su primer club profesional, el Santos, el que impulsó a Pelé hacia el estrellato. Tras mudarse allí en 1956, jugó 636 partidos y marcó 618 goles antes de marcharse en 1974. Pelé no sólo era el corazón palpitante del equipo, sino también un inmenso leal a un solo club.
Mucho antes de las hazañas de Cristiano Ronaldo o Erling Haaland, Pelé abrió una senda goleadora que lo distinguía de los demás jugadores de su entorno. De igual modo, hizo gala de una habilidad que aún hoy hace que algunos observadores del deporte rey sitúen al brasileño por delante de otros aspirantes al título de Mejor Jugador de Todos los Tiempos: Lionel Messi y Diego Maradona.
Un año después de fichar por el Santos, Pelé debutó con Brasil, tres meses antes de cumplir los 17 años. En aquel partido contra Argentina marcó un gol, y 65 años después sigue siendo el goleador más joven de la historia de la selección brasileña.
Un año después, en 1958, este joven jugador ayudó a su selección a ganar la Copa del Mundo en Suecia. Luego, de nuevo en 1962, en la Copa Mundial de Chile, y una vez más en el torneo de 1970 en México.
Pelé jugó 92 partidos con Brasil y marcó 77 goles. En comparación, el inglés Harry Kane ha marcado 53 goles en 80 partidos. Además de sus logros con la selección nacional, con su club Pelé ganó seis títulos de la liga brasileña y dos campeonatos sudamericanos.
Pelé: la primera superestrella mundial que puso pasión y una sonrisa al fútbol

