Este pequeñito que en agosto pasado superó el millón de suscriptores en su canal de YouTube, ha dado muestra de que cuando se quiere, se puede
“Hola soy Iker, antes tenía 4 pero ahora tengo 5”, es la frase que remite a Iker, El niño millonario, quien es una celebridad en redes sociales.
Este pequeñito que en agosto pasado superó el millón de suscriptores en su canal de YouTube, ha dado muestra de que cuando se quiere, se puede.
Cuando les digan que sus sueños no serán posibles, no les creas. Cuando te digan que lo qué haces no está bien o que no sirves para nada, no les creas”.
Toda esa felicidad a últimas fechas se ha visto ensombrecida. En octubre falleció su abuela Sara, la mujer que lo cuidó desde los años, debido a que la madre del pequeño tiene una enfermedad en los riñones.
La mejor amiga de Iker, la más orgullosa y pendiente de sus sueños, descanse en Paz, Doña Sara”, se destacó en la cuenta de Instagram del pequeño influencer.
Y a finales de ese mes, trascendió que Lupe, la madre de Iker, necesitaba de apoyo para poder realizarle unos estudios, además de que por complicaciones de salud, debió de ser internada.
Informarles que a Lupe, mamá de Iker la acaban de internar en el Hospital Universitario… queremos con toda la pena del mundo pedirles un granito de arena para que se pueda atender, ya casi se reúne la cantidad solicitada pero la cuenta sigue y hay varios estudios que se tienen que hacer”, fue el mensaje en Instagram.
El trance parece haber sido superado, hace unos días, Iker apareció junto a su madre Lupe en un video. En el material se pide a los seguidores que estén atentos a las redes sociales, porque pronto habrá noticias y agradecieron las muestras de apoyo.
Iker reapareció esta semana en Instagram. Dicen que los niños siempre dicen la verdad. Con su guayabera y sombrero, se le escucha decir: “¡Yo quiero seguir Agusto!”.
En un segundo aporte, se notan los detalles de una grabación… “Yo quiero seguir Agusto y Agusto seguiré”.
El material forma parte de la campaña Que siga López, en referencia a Adán Augusto López Hernández. No olvidemos que los niños siempre dicen la verdad.