Las condiciones de “La Niña”, explicó, producen mucha evaporación, pocas nubes y que la radiación entre de manera directa al territorio mexicano
Desde finales del año pasado se pronosticó una permanencia de las condiciones del fenómeno “La Niña”, que ocasionarían sequías, advirtió la investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, Christian Domínguez Sarmiento, a través de la Gaceta Universitaria de la Universidad Autónoma de México.
Las condiciones de “La Niña”, explicó, producen mucha evaporación, pocas nubes y que la radiación entre de manera directa al territorio mexicano. Desde este octubre del 2021 se hizo este pronóstico por, la Organización Meteorológica Mundial declaró la científica.
Por su cuenta, el Servicio Meteorológico Nacional informó que en la discusión mensual emitida el 09 de junio de 2022 por el CPC/NCEP/NWS se menciona que los valores del índice Niño 3.4 permanezcan en el umbral de ENOS – La Niña hasta el invierno; y con lo cual el consenso de pronosticadores está muy de acuerdo. Está claro que se ha observado un debilitamiento de las condiciones océano-atmosféricas asociadas a la fase de La Niña, y se pronostica que continúe así hasta el verano.
En resumen, informó el organismo climatológico, que aunque se prevé la permanencia de la fase de ENOS – La Niña hasta finales del año, las probabilidades disminuyen a finales del verano a un 52% de julio a septiembre de 2022; y que posteriormente aumenten ligeramente a un 58-59% de probabilidad en otoño e inicios de invierno.
Por otro lado, esta situación podría disminuir las precipitaciones del Monzón de Norteamérica, o Monzón de México, el cual es un cambio estacional en la dirección de los vientos entre el continente y el océano.
Cada año, entre finales de junio y principios de julio, inicia el Monzón de Norteamérica, y puede extenderse hasta septiembre. Es generado por los vientos cálidos y húmedos que provienen del Océano Pacífico y el Golfo de California, los cuales convergen sobre el noroeste del territorio nacional.
Este fenómeno se caracteriza por generar lluvias intensas, aunque no continuas, en regiones del noroeste de México, principalmente en las montañas de la Sierra Madre Occidental y sus alrededores, que comprenden Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, el norte de Nayarit, Sinaloa y Sonora, así como el occidente y suroeste de Estados Unidos de América.
Finalmente, Alonso Méndez Torres, coordinador de Chihuahua Tiempo Severo y fundador de la agrupación nacional Tiempo Severo México, indicó que la canícula no es un fenómeno climatológico que afecte directamente a Chihuahua, puesto que es una condición que se manifiesta en los estados más cercanos al Golfo de México, y mientras éstos sufren de climas más secos y menos lluvias, en Chihuahua ya se desarrolla el Monzón de Norteamérica.
De acuerdo con la climatología, en México cada año se observa el fenómeno climático conocido como canícula, caracterizado por una disminución en el acumulado de lluvias entre julio y agosto. Anualmente, sus efectos son más evidentes en la vertiente del Golfo de México — que incluye a Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz— así como en los estados de México, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Puebla, Tabasco, Tlaxcala y una porción de San Luis Potosí. En las entidades del Pacífico, alcanza desde Jalisco hasta Chiapas y la Península de Yucatán.