Los adultos mayores de 60 años será el primer grupo en estar protegido contra el COVID-19, pero no deben bajar la guardia porque al regresar a sus actividades cotidianas pueden convertirse en los principales transmisores del virus, explica el director de Promoción a la Salud, Ángel Israel Nuño Bonales en entrevista con El Heraldo de México.
“La (salud emocional) veo al igual que el resto de la población, con mucho rezago, con mucha actividad pendiente sea física, mental, social. Niños, jóvenes y adultos están cansados. Al adulto mayor le hace falta salir, socializar, ser productivo. Definitivamente tenemos que avanzar de manera ordenada a la reincorporación de nuestras actividades. ¡No podemos confiarnos y bajar la guardia!”.
Está al umbral una tercera ola de contagios del virus, por lo que las medidas preventivas deben fortalecerse para evitar más muertes.
“Otros países toman un pequeño receso de medidas preventivas y el repunte de casos se hace presente. Eso es lo que hay que cuidar mucho. Este no es un permiso para salir a trabajar, es una invitación a la reflexión individual, para que voluntariamente se decida si regresa a sus actividades o no”.
Los adultos mayores podrán ir regresando a sus actividades cotidianas en orden y con prudencia, eso les permitirá recuperar su salud mental.
“El INAPAM expresa que no tiene inconveniente u objeción al retorno de estas actividades. El comunicado hace énfasis que quienes deseen permanecer en su hogar, las empresas deben apoyarles en el sentido de que están en su derecho ya que aún se encuentra activa la pandemia. Es un acierto este tipo de comunicado de que tú decidas, el hecho de retornar a una actividad después de cumplimentar la vacunación y con las medidas preventivas, siempre existe un riesgo y una posibilidad de contagio, eso se debe que tener presente. Para favorecer estas actividades, el adulto mayor debe tener muy claro las posibilidades de riesgo”.
Todavía faltan muchos meses para mantener las medidas preventivas: estableciendo distancia social, uso de cubrebocas, gel antibacterial y toda medida que trate de reducir el riesgo de contagio.
“La persona puede tener el esquema completo de vacuna, hay de una dosis y de dos dosis. Dentro de los efectos del confinamiento, por la salud mental sí se han visto incrementados los trastornos emocionales, psicológicos y psiquiátricos que puedan derivar en algún tipo de agresión física, no solamente al adulto mayor, a cualquier persona. Por eso es necesario buscar ayuda de algún profesional”, finalizó Nuño Bonales.